Lo que necesitas:
– 150 ml de detergente para platos
– Una cucharada generosa de pasta dental
– 150 ml de agua
– 1 cucharada de bicarbonato de sodio
Cómo hacerlo:
– Bate el detergente para platos y la pasta dental a fondo.
– Agrega el agua y sigue revolviendo hasta que esté bien mezclado.
– Introduce el bicarbonato de sodio y revuelve nuevamente para lograr una mezcla perfecta.
– Vierte la mezcla en una botella vacía de detergente para platos.
El detergente para platos está diseñado para combatir la grasa y el aceite, y este superpoder es útil cuando se trata de superficies grasosas en la cocina, como estufas y campanas extractoras. La pasta dental, con sus propiedades abrasivas, ayuda a aflojar y eliminar la suciedad obstinada y los residuos horneados. Esta mezcla milagrosa es ideal para las tareas de limpieza diarias en la cocina y sus alrededores. Te sorprenderá su efectividad contra la grasa, la suciedad, la cal y más. Desde estufas grasosas hasta la cal en el fregadero, quedarás asombrado por lo efectiva que es esta mezcla. Lo mejor de todo es que no solo es poderosa, sino también respetuosa con el medio ambiente y amigable con tu bolsillo.