La solución
Ha llegado el momento de revelar el secreto. Solo necesitas unos cuantos limones y un poco de agua. Nada más. No hacen falta caros limpiadores de horno ni sprays con olores fuertes. Solo el poder natural del limón. Tampoco hay razón para usar productos químicos o abrasivos, que pueden dañar el horno de forma permanente, lo cual sería una pena. Olvídate de pasar horas frotando con productos caros que rara vez dan el resultado prometido. Un solo limón puede hacer mucho más de lo que imaginas. Es una forma natural y sencilla de refrescar el horno, y mucho más fácil de lo que parece. Te explicamos exactamente cómo hacerlo para que puedas empezar enseguida.
Cómo funciona
Así es como funciona. Corta varios limones por la mitad y exprímelos en una fuente apta para horno. Coloca también las mitades exprimidas dentro y añade una buena cantidad de agua. Mete la fuente en el horno y caliéntalo a unos 200 grados Celsius. Déjalo actuar entre treinta y cuarenta y cinco minutos. A medida que el horno se calienta, el agua con limón se convierte en vapor. Ese vapor fresco ayuda a desprender la grasa y la suciedad de las paredes del horno. Cuando se haya enfriado, solo tendrás que pasar un paño. Te sorprenderá lo fácil que se desprende toda la suciedad, como si el horno se hubiera limpiado solo. Y hay un extra: tu cocina quedará con un aroma fresco y limpio, con el suave olor del limón en lugar del de los productos químicos. Este método es natural, rápido y respetuoso con tu horno. No tienes nada que perder, salvo la suciedad acumulada.