El poder oculto del ajo
El ajo se utiliza como remedio natural desde hace miles de años. Egipcios y griegos confiaban en sus propiedades purificadoras y la ciencia actual les da la razón.
El secreto está en un compuesto llamado alicina, que se libera cuando el ajo se corta o se machaca. La alicina es uno de los agentes antibacterianos y antifúngicos más potentes que nos ofrece la naturaleza. Cuando un diente de ajo pelado permanece toda la noche en el inodoro, libera poco a poco alicina en el agua, lo que ayuda a:
- Eliminar bacterias y hongos que prosperan en lugares húmedos y sucios
- Neutralizar los malos olores sin ambientadores químicos
- Evitar la aparición de moho en el borde y en el interior de la taza
- Reducir de forma natural las manchas amarillas y la suciedad
Es un método sencillo, eficaz y totalmente seguro. Sin guantes, sin productos agresivos y sin vapores tóxicos.
Cómo usar ajo en el inodoro (más fácil imposible)
Solo necesitas un diente de ajo fresco. Sigue estos pasos y deja que la naturaleza haga su parte.
- Pela un diente de ajo fresco. Los dientes frescos funcionan mejor porque liberan más alicina.
- Déjalo caer directamente en la taza del inodoro antes de irte a dormir.
- Déjalo actuar durante la noche, así el ajo tiene tiempo para hacer efecto sin que se utilice el inodoro.
- Por la mañana, tira de la cadena.
Eso es todo. Sin frotar, sin esperar y sin el olor que dejan los productos químicos.
Si lo haces dos o tres veces por semana, tu inodoro se mantendrá más fresco, más blanco y mucho más fácil de limpiar.
Pero aún hay otro truco con ajo que puede hacer desaparecer por completo las manchas amarillas. Sigue leyendo en la página siguiente!
