¡Por fin ha llegado el verano! El sol brilla, vamos a la playa o a la piscina y disfrutamos comiendo al aire libre. Suena perfecto, ¿verdad? Bueno… casi. Porque cualquiera que haya comido fuera sabe que siempre hay un invitado no deseado: las moscas. Y no pocas, precisamente.
Y no hablamos de la típica mosca que se posa de vez en cuando sobre la ensalada de fruta. No, hablamos de una auténtica invasión que empieza justo en el momento en que das el primer bocado. Da igual que acabes de encender la barbacoa, que hayas puesto una ensalada de pasta recién hecha o que simplemente quieras disfrutar de un bocadillo en el jardín, de repente aparecen por todas partes. En cuestión de segundos, un enjambre de moscas se lanza sobre la comida como si la hubieras preparado especialmente para ellas. El calor es su mejor aliado, así que una sola mosca pronto se convierte en diez. Antes de darte cuenta, estás rodeada de un zumbido constante justo encima del plato. Las moscas tienen la habilidad de convertir una comida tranquila en su propia fiesta. Pero aquí viene la buena noticia: hay algo que de verdad funciona, y lo más probable es que ya lo tengas en casa.
Lo que no debes hacer
Tal vez hayas probado a mantenerlas alejadas con esos molinillos que giran sobre la mesa. O hayas colgado tiras adhesivas. Incluso puede que tengas un matamoscas eléctrico o un spray. Pero seamos sinceras: rara vez solucionan el problema. Las moscas siempre vuelven, como si tu mesa fuera el punto de encuentro del verano. Además, la mayoría de estas opciones no son precisamente agradables ni respetuosas con el medio ambiente. Las tiras llenas de moscas son un horror a la vista, los sprays huelen a químicos y los matamoscas dejan manchas (y asustan a tus invitados).
Entonces, ¿qué funciona realmente contra las moscas? La respuesta es simple, barata y seguramente ya la tienes en casa. ¡Descúbrelo en la siguiente página!