En cuanto llega el verano y abrimos las ventanas y las puertas para que entre el aire fresco, ya sabes lo que pasa: ¡moscas! Esos pequeños intrusos atrevidos que parecen haber decidido que tu casa es su campamento de verano ideal. Entran como si pagaran alquiler, con un único propósito: molestarte. Revolotean sin parar alrededor de tu cabeza y se posan justo sobre esa pieza de fruta o ese bocadillo recién preparado que estabas a punto de disfrutar. Y cuando por fin te metes en la cama, ahí vuelve ese zumbido insoportable, como si esperaran a que apagues la luz para no dejarte dormir. Por suerte, hay un truco facilísimo para mantenerlas fuera de casa.
Seguro que ya has probado varios métodos. El clásico matamoscas, las bolsitas perfumadas que prometen ahuyentarlas, los sprays químicos que dejan la casa oliendo a laboratorio o los limones cortados por todas partes. Pero seamos sinceras, esas moscas parecen reírse de todos tus intentos. Y mejor ni hablar de las tiras adhesivas: probablemente te hayas quedado pegada a una, o hayas probado esos aparatos ruidosos que molestan más a tus invitados que a las moscas.
Entonces… ¿qué funciona de verdad? Te lo contamos en la siguiente página. Y no, no se trata de un aparato caro ni de un producto químico. Es algo sencillo, barato, sin olor y, sobre todo, sorprendentemente eficaz. Cuesta creerlo, pero funciona de verdad.